EL CONFLICTO ORIENTAL, LA GUERRA DEL BRASIL

 


¡Qué tal mis compañeros del tiempo! Hoy nos sumergimos en un conflicto no tan famoso internacionalmente, pero que en Brasil o Argentina es un tema bastante conocido. Estoy hablando de la Guerra del Brasil, un enfrentamiento entre dos países por el control del territorio conocido como la Banda Oriental. ¡Acompáñenme mientras descubrimos esta interesante historia!


ANTECEDENTES Y CASUS BELLI DE CADA BANDO

Nos transportamos a Montevideo en el año 1816, ¿pensaban que era una época tranquila? ¡Nada más lejos de la realidad! Durante estos años turbulentos de 1816 a 1820, Uruguay se vio invadido por el Reino de Portugal, Brasil y Algarve. ¿No te suena este país? Bueno, fue la unión de estas tres naciones durante las Guerras Napoleónicas, que se extendió hasta 1822 con la llegada al trono de Juan VI de Portugal. Pero volvamos a nuestra historia.

Durante este período, Uruguay, también conocida como la Banda Oriental, se convirtió en la Provincia Cisplatina con Montevideo como su sede. Sin embargo, las Provincias Unidas del Río de la Plata no se quedaron de brazos cruzados. En 1825, un grupo de valientes militares conocidos como los "33 Orientales" desembarcaron en la provincia, logrando una victoria total sobre el Imperio de Brasil, que sucedió a la unión mencionada anteriormente.


Esto llevó a que las Provincias Unidas del Río de la Plata anexará la Provincia Cisplatina, transformándola en la Banda Oriental, lo cual enfureció a Brasil, quien declaró la guerra a Río de la Plata, dando inicio así al conflicto total.

LOS EJÉRCITOS: TERRESTRE Y NAVAL

¡Hablemos de fuerzas armadas, compañeros del tiempo! En primer lugar, analicemos las fuerzas en combate de ambos ejércitos: el rioplatense y el brasileño.

El Ejército Republicano de Río de la Plata comenzó con unos modestos 6000 soldados al inicio de la guerra, pero este número fue aumentando a medida que avanzaba el conflicto. Para los últimos años de la guerra, entre 1826 y 1827, Río de la Plata contaba con cerca de 8000 soldados en sus filas. Además, contaban con una valiosa experiencia militar ganada durante la Guerra de Independencia del Río de la Plata.

Por su parte, el Ejército Imperial Brasileño contaba para 1825, 12420 soldados, cosa que le benefició en el ámbito numérico pero no en el estratégico. Esto se debe a que la Independencia del Brasil no se dio como las independencias latinoamericanas, con luchas devastadoras, sino que fue relativamente pacífica ya que no hubo mayor conflicto que escaramuzas (conflictos fronterizos o internos de mínima o nula importancia) a lo cuál el Rey Juan VI de Portugal le cedió el trono brasileño a su hijo, Pedro I de Brasil.

En cuanto a la Marina, la rioplatense se encontraba en desventaja respecto al ejército brasileño debido a la falta de conflictos marítimos durante su proceso independentista. Los almirantes rioplatenses carecían de la experiencia necesaria en la guerra naval.

Por el contrario, la Marina Imperial Brasileña había adquirido una valiosa experiencia combatiendo posibles invasiones navales durante la amenaza napoleónica en Brasil. Sus almirantes estaban preparados y capacitados para enfrentar cualquier desafío.

Ahora, con todo esto en mente, adentrémonos en el conflicto en sí, donde combatieron curiosamente mercenarios del entonces Reino de Prusia, precursor de la unificación alemana.

LA GUERRA NAVAL: EL TALÓN DE AQUILES RIOPLATENSE

¡Ahora hablemos de las batallas en alta mar, mis compañeros del tiempo!

La marina brasileña tenía un objetivo claro: bloquear los puertos rioplatenses, asfixiar la economía de Río de la Plata y causar una escasez de recursos en el ejército terrestre para obligar a los líderes rioplatenses a rendirse y firmar un tratado de paz.

Pero lo que los brasileños no esperaban era el espíritu indomable de los rioplatenses, que, a pesar de su inexperiencia en el mar, lucharon con ferocidad por lo que creían.

La Flota Brasileña apuntó primero a la Ensenada de Barragán, que ocuparon el 13 de noviembre de 1825. Esta acción provocó una reacción inmediata de la Armada rioplatense, liderada por el intrépido almirante irlandés-rioplatense Guillermo Brown, quien movilizó sus fuerzas para contrarrestar el bloqueo naval.

En el Combate de Punta Corales, Brown enfrentó a la Flota Brasileña en un encuentro de resultados inciertos.

Dos semanas más tarde, Brown volvió al ataque contra la defensa artillada de Colonia de Sacramento, sin éxito, pero que hizo a la Armada Brasileña más prudente, retirándose del bloqueo de Buenos Aires por un tiempo, mientras tanto, el 27 de abril de 1826, Brown atacó valientemente el buque insignia brasileño, el Emperatriz, en Montevideo. Aunque este ataque fue un fracaso, demostró la habilidad de Brown para desafiar el bloqueo naval.

En junio, nuestro querido Brown volvió a la acción, esta vez enfrentándose a 31 barcos brasileños con solo 11 bajo su mando. ¡Una superioridad numérica tremenda, pero eso no detuvo el espíritu inquebrantable de Brown, que luchó ferozmente hasta que la flota enemiga se retiró al atardecer!

Desde entonces hasta el final de la guerra, se sucedieron múltiples combates donde Río de la Plata obtuvo victorias a duras penas. Destacan el combate de Quilmes, la guerra de corsarios, la Batalla de Juncal, Carmen de Patagones, Monte Santiago y el combate de los Bajíos de Arregui.

GUERRA TERRESTRE: HORA DEL PUEBLO RIOPLATENSE

¡Vamos ahora a la acción en tierra, compañeros del tiempo!

Los primeros movimientos terrestres fueron liderados por varios contingentes bajo el mando de Martín Rodríguez, quien cruzó el Río Uruguay y estableció su base en Paysandú. El Cuerpo de Entre Ríos, al mando de Federico Braysen, formó el 1er Regimiento de Caballería, el cuál acompañó a Rodriguez en toda la campaña de Uruguay.

Posteriormente, se unieron los regimientos números 2, 3, 4 y 16 de caballería, participando activamente en el sitio de Montevideo, que se mantuvo a lo largo de toda la guerra.

Durante varios días, el general Carlos de Alvear, que inició un avance hacia el norte en dirección a Río Grande do Sul, acompañado de las milicias uruguayas, ordenó buscar también a los mercenarios jinetes prusianos.


Se suman las victorias de Alvear en las batallas de Bacacay y Ombú las cuales permitieron al Ejército Republicano continuar su avance hacia el norte, hasta encontrarse con el Ejército Imperial en Ituzaingó, donde lograron vencer a las fuerzas brasileñas. Pero claro, toda campaña necesita recursos, ¿verdad? Este fue el talón de Aquiles de Alvear, quién sufría cada día por el bloqueo brasileño en los puertos, que abastecen a las fuerzas armadas, además la sobre-extensión le jugó una mala pasada a Alvear, quién tuvo que retroceder para esperar suministros

Dos meses más tarde, abastecido nuevamente y con tropas alimentadas y bien equipadas, Alvear marchó de nuevo hacia Bagé, capturando la ciudad por segunda vez. El 23 de abril, logró otra victoria sobre el Ejército brasileño en la Batalla de Camacuá. Sin embargo, poco después recibió noticias sobre la derrota en la Batalla de Monte Santiago, lo que confirmó la supremacía naval brasileña en la guerra. Este revés fue especialmente duro, ya que el bloqueo naval brasileño continuaba afectando los puertos rioplatenses.

Tras años de guerra estancada y con un nuevo gobierno en Río de la Plata, se decidió que era imposible avanzar con la presencia del Ejército Brasileño en las Misiones Orientales. Entonces, se lanzó la Campaña de las Misiones Orientales, bajo el mando de Fructuoso Rivera.

Esta campaña fue un éxito rotundo. Al conquistar las Misiones Orientales, territorio disputado por Río de la Plata pero administrado por Brasil en su provincia de Río Grande do Sul, técnicamente Río de la Plata había tocado tierras brasileñas, desafiando así al Imperio del Brasil.

FINAL DE LA GUERRA Y TRATADOS DE PAZ

¡Y así llegamos al desenlace, exploradores del tiempo! Después de tres años de intensos enfrentamientos, con ambas partes agotadas y el Imperio Británico lanzando una advertencia desde la distancia, la guerra llegó a su fin.

El Imperio Británico, la gran potencia mundial de aquel entonces, intervino en la contienda, no por amistad, ¡sino porque sus intereses en la Banda Oriental estaban en juego!

"¡Basta ya!", dijo el Reino Unido. "Pongan fin a esta guerra de una vez por todas". Y así fue como ambos gobiernos se sentaron a negociar en la Convención Preliminar de Paz en 1828, que estableció los siguientes acuerdos:

La declaración de Independencia del Estado Oriental del Uruguay.

Libre navegación en el Río de la Plata durante 15 años.

Control compartido entre Río de la Plata y Brasil sobre la constitución uruguaya.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

¡Regresemos al presente, exploradores del tiempo, para analizar las repercusiones clave de la Guerra del Brasil!

El resultado más significativo de este conflicto fue la creación del Estado Oriental del Uruguay, un estado "colchón" estratégico entre la Confederación Argentina y los Estados Unidos del Brasil, que surgieron como sucesores del Río de la Plata y el Imperio del Brasil, respectivamente.

Además, la guerra confirmó la influencia creciente del Reino Unido en Sudamérica, un hecho que tuvo repercusiones incluso en países distantes del conflicto, como Venezuela, México y Argentina.

La Guerra del Brasil fue uno de los primeros conflictos importantes en la región sudamericana junto con la Guerra Gran Colombo-Peruana, sentando precedentes para futuras disputas y reclamaciones territoriales, como la reclamación de Guatemala sobre Belice desde 1824, la disputa del Esequibo por parte de Venezuela desde 1966, y la larga controversia en torno a las Malvinas argentinas desde su ocupación por el Reino Unido en 1833. Todo esto, además, afectó la dinámica del mercado sudamericano bajo la influencia británica.

Hasta aquí nuestro viaje en el tiempo, mis compañeros! Nos vemos en el próximo episodio histórico para explorar más aventuras. ¡Hasta la próxima!


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