EL AUGE DE NAPOLEON, LAS GUERRAS REVOLUCIONARIAS PARTE 2



¡Qué tal mis aficionados a la historia! ¿Cómo va todo por ahí? Aquí estoy de nuevo para continuar nuestra travesía por las guerras de Napoleón. ¿Recuerdan cuando les conté cómo Napoleón subió como la espuma después de tumbar al Directorio en 1799, y sobre las dos primeras Coaliciones en su contra? Pues bien, eso fue solo el comienzo de toda la acción. Prepárense para la siguiente entrega de esta emocionante saga protagonizada por el Pequeño Cabo.






Tercera Coalición: la disolución de Imperios

¡Vamos allá con la Tercera Coalición, donde las cosas se pusieron serias! En mayo de 1803, con la guerra anglo-francesa retomando su curso desde los días revolucionarios de 1789, se armó un lío tremendo con una coalición de Italia, Alemania y hasta algunos eslavos en la mezcla. Imaginen a Napoleón, con sus planes ambiciosos y un puñado de aliados como España y unos títeres bien posicionados como Suiza, Países Bajos y Baviera (¡sí, la Baviera que se cambió de bando desde la Segunda Coalición!).

La acción comenzó el 18 de mayo de 1803 con Gran Bretaña declarando guerra a Francia, marcando el fin de la tregua de la Paz de Amiens. Napoleón, ya Cónsul Vitalicio con aires imperiales, tenía la mira puesta en las Islas Británicas desde Boulogne, donde sus tropas hacían sus movimientos estratégicos.

¿Qué más? Bueno, Napo tenía su estrategia lista, desde intentar agitar las aguas en América hasta enfrentarse en la famosa Batalla de Trafalgar, donde el mismísimo Horatio Nelson encontró su final, llevándose consigo la certeza de que su tierra natal nunca sería invadida, gracias a su astucia naval.

Mientras tanto, Austria y Rusia, junto con el Reino Unido, atacaban a Baviera, aliada de Francia. En la Batalla de Austerlitz, los franceses y los bávaros se enfrentaron a un ejército austro-ruso liderado por el respetado mariscal ruso Mijail Kútuzov y los emperadores Francisco II del Sacro Imperio y Alejandro I de Rusia. Aunque en inferioridad numérica, Napoleón y sus aliados dieron la sorpresa, dejando atónitos a los austriacos y rusos.

¡Y voilà! La Tercera Coalición quedó zanjada con Napoleón emergiendo victorioso. Este episodio no solo mejoró las relaciones rusas con los franceses, sino que también marcó la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico y la creación de la Confederación del Rin, un estado súbdito de Francia. Además, los Estados Unidos se hicieron más fuertes con la compra de Louisiana a los franceses. ¡Historia en acción, amigos!

¡Cuarta Coalición, el Imperio Napoleónico!

¿Recuerdan el dicho de que "a la tercera va la vencida"? Pues Napoleón decidió reescribir la historia y proclamó: ¡"a la séptima va la vencida"! Así que, aquí vamos de nuevo con otra coalición en su contra. Esta vez, Rusia, Prusia, Sajonia, Reino Unido, Suecia y hasta Sicilia se unieron para enfrentarse a la alianza liderada por Napoleón, que incluía desde España hasta las legiones polacas, ¡un verdadero mix de países dispuestos a la pelea!

Mientras tanto, Napoleón estaba enfrascado en su rivalidad con los británicos, Austria decidió tomar un descanso y salirse del juego. Pero Suecia y Prusia entraron al ruedo para este round. Napo no perdió tiempo y brilló en la batalla de Jena-Auerstädt, ¡capturando Berlín a velocidad récord! Prusia se rindió pronto y firmó la paz en Tilsit, pero no nos adelantemos.

Rusia y Prusia intentaron un contraataque en la batalla de Eylau, deteniendo brevemente a los franceses, pero Napoleón demostró sus habilidades en Friedland, donde básicamente aniquiló al ejército ruso bajo el pobre Bennigsen. Tras esta paliza, Prusia y Rusia pidieron la paz, y en Tilsit, se formalizó el acuerdo. Prusia salió con la peor parte, perdiendo territorio a manos del Reino de Westfalia y otros al Gran Ducado de Varsovia.

Así que Napoleón dominaba Europa como un jefe. Ahora solo le quedaban los británicos, los otomanos en los Balcanes, el este europeo y Escandinavia. ¡Nada mal para un chico con ambiciones!

¡Hasta aquí esta épica y trepidante parte sobre Napoleón y las coaliciones! Nos vemos en la próxima entrega, donde concluiremos con la caída y exilio de Napoleón Bonaparte, ¡un final que promete ser tan emocionante como una película de Hollywood!


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